Durante mucho
tiempo se ha debatido acerca del papel que debe jugar la universidad en la
conformación de la sociedad nueva, alejada de los estereotipos impuestos por
las potencias hegemónicas mundiales, que
han configurado un sistema en el cual la mayoría de los países del mundo están
condenados a vivir en el subdesarrollo, sirviendo a sus fines como productores
de materias primas e implantándoles estilos de vida y modelos de consumo
capitalistas. Para ello han contado con diversos mecanismos que van desde el
uso de la fuerza militar hasta el proceso de transculturización utilizando la
supremacía de los medios de comunicación masivos como la televisión y el
internet.
El investigador
argentino Oscar Varsavsky (1920-1976) en su trabajo ciencia, política y
cientificismo plantea claramente la necesidad de la implementación de un
desarrollo científico basado en las realidades de nuestros países, en esa
investigación señala que el modelo que nos han impuesto solo servía a los países desarrollados y que para avanzar como
sociedad no podíamos seguir formando parte del engranaje del sistema de consumo
capitalista. Por otra parte hablo específicamente de como la universidad se
constituyó en una pieza de afianzamiento de ese sistema, formando individuos
sin una visión nacionalista, que respondían a intereses foráneos y con valores
tergiversados como el individualismo y la acumulación de dinero como sinónimo
de éxito. Esos planteamientos aunque realizados en otro marco histórico hoy
tienen más vigencia que nunca, los enunciados de ese trabajo están presentes en
el mundo actual con más fuerza que entonces.
En nuestro país
Venezuela se viene desarrollando un proceso de transformación social desde la
asunción como Presidente de Hugo Chávez en el año 1999, durante este tiempo el
pueblo participa activamente en el diseño e implementación de las políticas públicas, las organizaciones de
base del poder popular actúan como gobierno en sus comunidades ejerciendo
funciones tanto ejecutivas como de contraloría social. En este esfuerzo por
implantar un nuevo modelo social la universidad como centro del conocimiento
científico e intelectual tiene un papel de especial trascendencia, además de
capacitar individuos para el trabajo productivo, tiene la responsabilidad de
sembrar en los futuros profesionales conciencia de que la prioridad es el
desarrollo endógeno nacional y la defensa de nuestros valores como sociedad,
ante la amenaza del proceso de transculturización contra nuestra idiosincrasia
y costumbres.
La transformación
universitaria se viene gestando en nuestro país conjuntamente con las políticas
de cambio social del gobierno nacional, la apertura del proceso de inclusión ha
abierto la posibilidad de que millones de estudiantes ingresen a formarse en
los centros de educación superior, en nuestra universidad UNELLEZ el incremento
de la matricula ha sido considerable, jóvenes de todos los rincones de nuestra
región ahora tienen de oportunidad de cursar estudios y prepararse dentro de la
nueva visión geopolítica nacional. Como parte del proceso de participación e
integración con las comunidades la Unellez ha diseñado dentro de su plan de
estudios sub-proyectos donde se realiza una vinculación permanente con el poder
popular, la interacción entre ambos elementos universidad-comunidad es un hecho
concreto, ahora es necesario que estas acciones se fortalezcan, para ello todos
los actores de este proceso tiene que tener la convicción absoluta sobre la
importancia de lo que queremos construir, una universidad nueva que sea
referencia de participación democrática y protagónica, donde se genere el
conocimiento científico-productivo para el desarrollo sustentable de nuestra
región y de nuestro país, que sea vanguardia en la promoción de nuestros valores
culturales como pueblo, que sea en si un foco de libre pensamiento y creación.
La universidad
nueva tiene que producir los hombres y mujeres nuevos, con valores y principios
propios de nuestra nacionalidad, por ello es imprescindible la compenetración
con los planes nacionales. El Plan de la Patria como proyecto estratégico tiene
ser el camino a seguir por todos los sectores del país y la universidad debe
ser pilar fundamental en su praxis, los 5 objetivos históricos como planteamiento
central nos muestran del diseño de la sociedad que debemos alcanzar, una
sociedad que crea y defienda su soberanía,
con una alternativa al modelo capitalista-consumista, un país que sea
una potencia política, económica y social, que establezca una nueva geometría
del poder en contraposición al colonialismo de Estados Unidos y Europa y que
además participe como pueblo unido de manera activa en la defensa de la
sobrevivencia del planeta, que está en riesgo a causa del modelo de desarrollo
industrial de las potencias hegemónicas.
En este escenario
de transformaciones el docente tiene la misión de impulsar el cambio de modelo
como orientador del proceso de enseñanza- aprendizaje, por ello es necesario
que sea sujeto activo en el proceso de construcción de la nueva universidad;
allí radica la pertinencia que tiene el plan de formación y el desarrollo de su
dimensión sociopolítica como herramienta indispensable de una concepción
educativa alternativa a los patrones pre existentes. Este plan es un instrumento
para que el docente asuma la visión estratégica del nuevo estado y la nueva universidad,
donde la participación del poder popular pasa a ser factor protagónico y la planificación de las actividades debe
estar sujeta a esa realidad. La sociedad justa e igualitaria requiere de una
universidad nueva para su consolidación, pongamos nuestro empeño cotidiano para
lograr esta meta que hará que nuestro país sea el punto de referencia mundial
de que un nuevo tipo de sociedad es posible.
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