Viernes 25 de marzo 2016
Queridos
amigos y amigas.
No todos los días
son buenos para escribir, en muchas ocasiones la dinámica de la vida te
atropella de tal manera que no puedes hacer nada de lo que tenías inicialmente “planificado”.
Pero hoy si es un buen día, porque es viernes santo y estoy en casa, como comprenderán
durante estas fechas festivas los que no han tenido la oportunidad de salir al
campo o la playa debemos conformarnos con la programación de la TV, el cable y
el sagrado Internet, no es que me queje ni nada por el estilo, este año en mi país
Venezuela a pesar de que amamos las fiestas imagino que muchos estarán en la
misma situación que yo, la economía no da para muchas distracciones, es
conveniente pensarlo dos veces antes de dar un paso en falso, sobre todo si
cada uno de esos pasos te puede costar sin mucho esfuerzo mil o dos mil bolívares
que te harán falta la mañana siguiente para cumplir uno de los aspectos más
importantes del ciclo vital “alimentarse”. Con la hiperinflación hasta respirar
cuesta plata.
Me levante
temprano esta mañana con la mente puesta en hacer ejercicios para mantener la condición
física, rutina que se hace necesaria cuando te acercas a los cuarenta años como
es mi caso, sin embargo una cuadra después me encontraba sumergido en una cola que
se formó intempestivamente en el abasto de don Facundo el portugués de la
esquina, y es que para sorpresa de propios y extraños arribó al local como una
bendición de la semana santa la anhelada harina pan. Fui de los primeros en
llegar por lo cual no tuve que esperar mucho, por hoy me olvide del ejercicio
mañana será otro día. Ya en casa nuevamente me puse a contemplar la televisión,
realice una revista a los canales internacionales de noticias, allí la información
que seguía marcando la pauta era la de los atentados terroristas en Bruselas,
observe indignado el nivel de indefensión que tienen los llamados países desarrollados
ante sus ahora victimarios antes víctimas, no logró comprender como hemos podido
llegar a semejantes niveles de violencia, una cosa a la llevado a la otra, ahora
posiblemente muchos tendrán que seguir pagando las decisiones de unos pocos.
Continúo hurgando
en las noticias y escucho en CNN la lamentable información de la partida física de
uno de los más grandes jugadores de la historia del futbol, el legendario Johan
Cruyff. Sinceramente me entristecí soy un Venezolano que prefiere el futbol al
beisbol, crecí viendo jugar a los Maradona, Careca, Shuster, Mattheus, Butragueño, Hugo Sanchez, no tuve la
oportunidad de ver jugar a Cruyff pero he visto sus videos y sus historias, sin
duda un grande. Y aunque parezca sacado de una película lo hecho por Lionel
Messi el 14 de febrero, el cobro del penalti a dos tiempos contra el Celta de
Vigo, hoy puedo decirlo fue un homenaje póstumo por adelantado al mejor jugador
holandés de todos los tiempos.
Por fin llegó el
momento de relajarme con alguna buena película, particularmente hubo dos que me
llamaron la atención “rey de reyes” que relata la pasión, muerte y resurrección
de Jesucristo y “quiero robarme a la novia” que me hizo reír a carcajadas
porque me recordó situaciones acontecidas en la vida real, donde el temor a
expresar nuestros sentimientos hace que nuestra hipotética media naranja se termine
perdiendo en el tiempo y la distancia.
Después de la
divertida película me instale frente al computador para darle una vuelta a las
redes sociales, estoy registrado en varias por lo cual regularmente solo le
dedico unos minutos a cada una de ellas, no quiero convertirme en una especie
de zombi- dependiente como muchas de las personas que conozco. A punto de
apagar la sesión me encuentro con la carta escrita por el periodista Brandon
Stanton, donde le da por jeta al bocón de Donald Trump, aunque a decir verdad
no sé si eso sea suficiente para amedrentar a un rufián como este, porque más
bien no nos unimos los miles de millones de seres humanos en el mundo que no
pensamos como Trump y gritamos a una sola voz un sonoro IMBECIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIILLLLLLLL.
Creo que nos hará sentir mejor.
Nos escribimos en
una próxima ocasión. Recuerda compartir mi carta con tus amigos y amigas si te
gusta el contenido.
Saludos.-
Piero Rocco Vanzetti.
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